lunes, 9 de junio de 2008

Introduccion a la Psicologia Social I

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Introducción a la Piscología Social
Clase uno
Lic. Ada Fanelli

Buenos tiempos virtuales para todos.
Les doy la bienvenida a este espacio. También me permito felicitarlos por la decisión tomada. Es una decisión valiente la de estudiar Psicología Social, y es una decisión valiente estudiar vía Internet.
La Psicología Social es una disciplina completamente revolucionaria que debe su inicio a la mente brillante del Dr Enrique Pichón Reviere, un medico psiquiatra del Hospital de las Mercedes, actual Hospital Borda, uno de los neuropsiquiátricos de esta Ciudad de los Buenos Aires desde donde les estoy escribiendo.
La familia de Pichón Riviere era una familia de inmigrantes europeos que, por motivos políticos, tuvieron que partir de su tierra natal escogiendo para afincarse el litoral argentino, las provincias de Chaco y Corrientes –Goya- donde Pichón vivió y creció hasta partir rumbo a la Metrópoli con la intención de estudiar medicina y especializarse luego en Psiquiatría, una disciplina nada prestigiosa en aquella época. Su ejercicio se reducía a poco mas que ser un “cuidador de locos”. Todavía no se contaba con ningún tipo de tratamiento, y las únicas terapia eran el encierro y el chaleco de fuerza.
El joven Enrique alcanzo su objetivo, pero no sin atravesar multitud de vicisitudes. En esta capital trabó amistad con otros jóvenes. Entre ellos los Aberastury, una de cuyas hermanas, Arminda, se transformaría en su esposa y famosa terapeuta infantil. Destacaremos especialmente a un muchacho provinciano como el, y también interesado por las nuevas teorías que llegaban del viejo mundo: Arnaldo Raskovsky.
Ambos intervinieron en el arribo del Psicoanálisis a estas Pampas. Un arribo promisorio, pero también conflictivo desde el inicio. Arnaldo y Enrique, a pesar de sus orígenes semejantes, escogieron diferentes caminos y esta diferencia marcaría los rumbos, en apariencia divergentes, del Psicoanálisis y la Psicología Social Argentina en la Argentina. A los que se están preguntando que es esto de una “Psicologia Social Argentina”, les digo que tengan paciencia. Justamente, uno de los objetivos de esta introducción es que el alumno comprenda que no estamos hablando de una investigación acerca de como se comporta el individuo dentro de una masa, o cuales son los estímulos que condicionan su conducta en una situación social, sino de una concepción diferente del ser humano. Y esta es una diferencia epistemológica, y vamos a tomarnos un tiempito para comprenderla.
Ante cada paso debemos detenernos y programar, comparar con las experiencias previas. Por ejemplo: cuando uno dicta una clase ante un auditorio físicamente presente, la clase no permanece, salvo en la memoria. La realidad virtual, en cambio, es diferente. Aquí el tiempo –y me parece un fenómeno de lo mas interesante para analizar- no pasa. Es uno el que pasa por el tiempo. Las clases que el año pasado dicté, o esta misma, permanecen inalterables e idénticas a si mismas en el espacio virtual, que es otra expresión de la realidad que podría transformarse en una ventaja para ustedes disponiendo del conocimiento acumulado como verdaderamente ocurre en la realidad, pero aquí de forma intencional, ya que disponemos de la información necesaria. Porque, nosotros, en cada gesto, palabra, pensamiento, estamos reproduciendo millones de años de experiencia humana que se condensa en el instante actual, en el aquí y ahora, para bien o para mal y aunque no seamos conscientes de ello.
Como pueden apreciar, somos pioneros en cada paso que damos en esta nueva realidad virtual, una realidad que creamos a cada momento.
Pues bien, y ya que de nuevo estamos en nuestro tema, sigamos con el objeto de estudio de la psicología social, que es de lo que estábamos hablando.
Así como nosotros disponemos de un entrenamiento previo, de conocimientos anteriores que ponemos en juego cada vez que actuamos, de la misma manera las ciencias disponen de una trayectoria que explica por qué y cómo se arriba a determinados conceptos. Esta trayectoria se manifiesta en una determinada cantidad de ideas previas que ya poseemos en el momento en que nos ponemos a pensar. Esa experiencias y esas ideas constituyen un paradigma. Cuando pensamos al hombre en sus aspectos psicológicos lo hacemos también desde diferentes paradigmas. El paradigma es el lugar mental desde el que vamos a explicar lo que queremos explicar, porque es el lugar o los elementos desde los cuales o con los cuales pensamos.
Podríamos clasificar esas concepciones del mundo y el hombre bajo tres items: el espiritualista o religioso, el biologisista o de las ciencias duras y el social o humanista, que es el que nos compete. Sin embargo y para entendernos, tenemos forzosamente que mencionar los otros.
El espiritualista es el mas antiguo. El hombre percibe en si mismo dos niveles de existencia, uno material y otro abstracto, y en estos debe moverse con mas o menos éxito. Estas categorías o distintos niveles de realidad fueron proyectados sobre el mundo y son responsables en gran medida de nuestra forma política de organización, y en nuestra forma de pensarnos.
Si suponemos que el mundo tiene una parte material y una espiritual estamos usando el pensamiento binario. De lo material se encarga el soberano, el dirigente político, el economista, el administrador. Del espíritu se encarga el religioso, el místico, el filósofo. La regla de oro de esta forma de concebir el mundo fue “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. Una forma de pensar que funciono durante milenios, hasta que a alguien se le ocurrió que Dios y el Cesar parecían tener acuerdos entre bambalinas. Los simples mortales comenzaron a desconfiar de algunas explicaciones “divinas” que convenían demasiado a los cesares de turno. Podemos ubicar en la Revolución Francesa ese momento, a partir de la cual, muy lentamente, los paradigmas de la ciencia, que desde el Renacimiento venían cuestionándose, comenzaron a cambiar el mundo de manera mas visible.
La ciencia, al separarse de dichas explicaciones mágicas del poder, apelo a otra instancia que no es ni la materia ni el espíritu: La Razon.
La razón trajo a dos invitados muy particulares a la fiesta: La Democracia y El pensamiento Científico, que no tardó en organizar a todos los demás y someterlos a sus reglas que, hasta el momento, parecen las mas fiables.
Sin embargo no todos los científicos se ponen de acuerdo acerca de sus descripciones de la realidad. En lo que respecta a la psicología muy especialmente.

Psicologia significa justamente “estudio del alma”, pues psique, en griego, quería decir alma. ¡Que problema! Al rebasar la concepción espiritualista del mundo, la psicología se queda sin objeto de estudio. El tema quedo resuelto aggiornando la palabra “psique” y traduciéndola no como “alma”, sino como “mente”, que suena mucho mas científico. Pero el problema ahora es que nadie se pone de acuerdo acerca de que cosa es eso que llamamos mente. Las propuestas actuales de explicación son bastante variadas, y los enfrentamientos múltiples y encarnizados.
Digamos brevemente que los dos paradigmas más importantes en este momento son el biologicista, que considera a la mente como un segregado del cerebro, y el culturalista, que considera la construcción de la subjetividad ( sea de nuestro pensamiento) como un producto de la cultura a la que pertenecemos.
Pero no nos interesa profundizar en el tema en este momento. En tanto psicólogos sociales, no nos importará tanto definir correctamente que es la mente sino cómo y para qué la usamos. Y ahora si, llegamos a la respuesta para aquella pregunta de porque hablamos de una psicología social argentina.
A partir de las reuniones de los sábados donde asistían Pichon, Arminda y Raskovsky entre otros, devino el pensamiento de Pichón Riviere, quien entendió pronto que el hombre no podía comprenderse separado de su entorno. Que el contenido de la mente, consciente o inconsciente, es previamente el contenido de la cultura y la sociedad. Que el hombre es un hombre en situación. En este sentido evolucionó también el pensamiento de otros psicoanalistas, como Lacan, por ejemplo, quien analiza el lenguaje como el medio a través del que la cultura se inscribe en el sujeto, y la Escuela culturalista de Adler, Karen Horney y Erick Fromm.
La Psicología Social sin embargo avanzaría aun mas. Lacan por ejemplo, continuo fiel a la teoría de Freud, aun cuando la reinterpretara, así como a su metodo, aunque fuese con algunas variantes. La Escuela Culturalista se volcó hacia el pensamiento antropológico social más que al desarrollo de una aplicación practica de la teoría.
Pichon Riviere, quien nunca abandonaría el psicoanálisis, supo abrir su pensamiento a otras practicas y a través de ellas al aporte de otras disciplinas que le fueron imprescindibles para la comprensión del sujeto como algo complejo y polifacético.
Fue de esta manera que la Psicología Social Argentina se transformaría en una epistemología convergente.
Una Epistemología Convergente no es la suma de distintas disciplinas para explicar al hombre, sino la articulación de conocimientos para comprender los actos del hombre y las complejas circunstancias que lo determinan: culturales, históricas, psicosociales, biologicas, económicas, etc. .
No es el “¿por qué fulanito actúa de determinada manera?” lo que nos interesa.
No se trata de explicar la realidad a través de motivos, sino de motivaciones.
Si preguntáramos: “¿por qué Pedrito le pego a Pablito?”. Pedrito diría que porque Pablito le tiro del Pelo, y Pablito diría que Pedrito le mancho el cuaderno, y....” Buscando respuestas a los “porqués” siempre terminaríamos pidiendo respuestas a Adán y Eva, porque a un ¿porque? le responde siempre otro porque. Y otro y otro. En cambio las preguntas “como” y “para que” nos remiten a las condiciones de realidad y las motivaciones reemplazaran a los motivos. La motivación nos conducirá al cambio, a la transformación, a la acción que nos ancla en el aquí y ahora, único momento y lugar donde el cambio es posible. Y esta es otra definición dentro de las muchas que la Psicología Social encuentra posibles: “una teoría para el cambio”.
El hombre cambia su medio para sobrevivir y lo hizo mas o menos exitosamente, pero no lo hizo programadamente. Estudiar de que forma el ser humano es capaz de modificar su entorno y de modificarse a sí mismo es construir una teoría del cambio. Una teoría para construir un mundo mejor es una teoría para operar en la realidad.
Bueno. Entienden ahora porque les decía que esta es una decisión valiente?
Bienvenidos la Psicología Social. Espero que disfruten tanto de cursar la materia como yo de dictarla.
Ahora algo que tiene que ver con el encuadre, o sea, como nos organizamos para estudiar Psicología Social.
Existen dos espacios:
Uno, la clase teórica, con un docente que explica la materia. Se trata de una clase como cualquier otra, aunque si estudiamos por Internet, será escrita, como esta. Otro, el espacio grupal, donde se interactúa con los otros compañeros y un coordinador . En una escuela en red este es un espacio virtual, y se interactúa por mail con el grupo y el coordinador. Los espacios son virtuales, pero solo los espacios, el proceso de aprendizaje es real.
Cada semana se realiza una tarea o hay una pregunta para responder.
La primera es:
¿Coincide lo dicho por el docente con mi idea previa de qué es la Psicología Social? Construir un texto breve (no más de veinte líneas) explicando su idea.
Buenos Tiempos virtuales. Nos vemos la semana que viene. Ada Fanelli.

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